Piel y tipos de piel
¿En qué consisten los diferentes tipos de piel y sus cuidados?
La ciencia de la belleza y la estética entiende que hay dos puntos ineludibles cuando se habla de rejuvenecimiento: la piel y los tipos de piel. De esta manera, establece que cada piel es de un determinado tipo, y que es precisamente en base a este que se han de elegir los cosméticos.
En esta entrada, por supuesto, también se hablará de los tratamientos y suplementos destinados a rejuvenecer y embellecer la imagen personal según la clase de dermis. Por esa razón, conocer qué tipos de tez existen, y qué es lo más conveniente para cada uno de ellos, resulta fundamental.
Llámanos y resolvemos todas tus dudas por teléfono.
Antes y después
Queremos verte feliz, porque no hay nada más bello que la felicidad.
Déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible para agendar una cita en una de nuestras clínicas:
Pide cita GRATIS
Tipos de piel
Fundamentalmente, existen tres tipos de dermis distintos. Estos se diferencian en base a diversos aspectos, muchos de los cuales vienen definidos por motivos genéticos, aunque otros muchos dependen del estilo de vida de cada persona. Tales tipos son los siguientes:
Piel normal
“Normal” es un término que se suele usar para referirse a la tez que guarda un equilibrio entre sus elementos de humedad y sequedad. El término científico para una piel equilibrada es eudérmica. La zona de la frente, barbilla y nariz (conocida como zona T) puede ser un poco grasosa, pero el sebo y la humedad en general suelen están equilibrados y el cutis no es ni demasiado graso ni demasiado seco. Para identificar una dermis saludable es preciso fijarse en los siguientes puntos:
- Superficie de la piel con un aspecto saludable.
- Una textura aterciopelada, suave y tersa es señal de una tez sana y radiante.
- Poros finos.
- Buena circulación sanguínea.
- Una transparencia uniforme de color fresco y rosado.
- Apenas imperfecciones.
- Sin propensión a la sensibilidad.
- Progresiva tendencia a la sequedad.
Piel seca
“Seco” se utiliza para describir un tipo de cutis que produce menos sebo que la tez normal. Como resultado de la falta de sebo, la piel seca no cuenta con las grasas necesarias para retener el agua y la humedad y así levantar un escudo de protección contra las influencias externas. Esto conduce a una función de barrera deteriorada. La dermis seca (xerosis) existe en diversos grados de gravedad y en diferentes formas que no siempre se distinguen claramente.
Hay más mujeres que hombres que sufren de tez seca. Además, todas las pieles, sean del tipo que sean, se van secando con el paso de los años. Los problemas relacionados con la dermis seca son una queja común y representan el 40 % de las visitas a los dermatólogos. Para identificar el cutis seco hay que fijarse en:
- Aspecto de sequedad, arrugas, rostro más envejecido de lo que debería.
- Rigidez general y sensación de aspereza.
- Las mujeres mayores con sequedad tienen arrugas y líneas más pronunciadas.
- Pérdida de humedad del cuerpo y reducción del suministro de agua en las capas más profundas de la dermis a través de la transpiración.
Piel grasa
“Grasa” se utiliza para describir un tipo de tez con mayor producción de sebo, es decir, por la producción de exceso de sebo por las glándulas sebáceas. Una sobreproducción se conoce como seborrea, y puede estar detrás de la causa de múltiples problemas dermatológicos. Para identificar la dermis grasa hay que fijarse en:
- Poros agrandados y claramente visibles.
- Un brillo facial exagerado.
- Piel más gruesa y pálida.
- Los vasos sanguíneos pueden no ser visibles.
- Propensión a los comedones (puntos negros y puntos blancos) y a las diversas formas de acné.
¿Cómo saber qué tipo de piel se tiene?
Más allá de las características que se han comentado en el apartado anterior, lo cierto es que existen varios métodos destinados a conocer el tipo de piel que se tiene. Aquí van a plantearse dos de los más importantes para que puedan ser utilizados para la identificación de la dermis que se tiene:
El método de limpiar y observar
Esta prueba casera permite comprender qué tipo de piel tiene con solo observar cómo se comporta la dermis después de la limpieza. Para comenzar, hay que lavarse la cara con un limpiador suave y luego secarla con toques suaves.
Si después de 30 minutos la tez luce completamente brillante, es probable que se tenga la dermis grasa; si se siente apretada y escamosa, es probable que esta sea seca o incluso sensible; si el brillo está solo en la zona T, probablemente se tenga una tez mixta, y si la piel se siente hidratada y cómoda, pero no grasa, es probable que sea normal.
El método de las hojas secantes
Cuando se presionan sobre la dermis, las hojas secantes absorben la grasa y pueden usarse para comprender qué tipo de piel se tiene. Después de lavarse la cara con un limpiador suave, secar con palmaditas y dejarla reposar durante 30 minutos, hay que presionar dichas hojas en varias áreas de la cara, y luego sostener las hojas a contraluz para ver las marcas de aceite.
Si las hojas revelan abundancia de grasa en todas las áreas del rostro, se tiene la tez grasa; si absorben poco o nada de aceite, es posible que sea seca; si las hojas cuentan tan solo con una pequeña cantidad de aceite de la zona T, será mixta; y si solo se ve una cantidad mínima de grasa en todas las áreas del rostro, lo más probable es que sea normal.
¿Cómo cuidar la piel?
Dependiendo del tipo de piel, deben seguirse unos cuidados u otros, si bien todos los que se van a presentar pueden ser utilizados por cualquiera. De esta manera, se podrán combatir eficazmente sus puntos débiles.
-
Lavarse la cara
Lavarse la cara elimina la suciedad, los aceites y las bacterias que se acumulan y hacen que los poros parezcan más grandes. Hay que lavar la cara al despertar para eliminar la suciedad y los aceites, y nuevamente antes de acostarse para eliminar el maquillaje y las impurezas del día. Lo ideal es hacerlo también después de sudar o de hacer ejercicio. Debe utilizarse un jabón suave y libre de químicos. Este consejo es especialmente importante para la piel de tipo graso.
-
Dormir más
El cuerpo humano necesita entre 7 y 9 horas de sueño reparador todas las noches para restaurar, rejuvenecer y reparar la dermis. Es como visitar la fuente de la juventud, ya que la piel produce colágeno nuevo cuando se duerme. Para mantener una buena higiene del sueño, los expertos recomiendan un horario de sueño constante y un ambiente fresco y oscuro. Es importante incorporar treinta minutos de relajación previos a acostarse. Este consejo es más relevante para los cutis secos, pues se evita la aparición de arrugas.
-
Respirar aire limpio
La fuerte contaminación del aire, el humo del cigarrillo y las fragancias artificiales pueden dañar la salud de la dermis, formar radicales libres dañinos y provocar irritaciones en ella. Si no se pueden evitar, hay que ayudar a reparar la piel con productos no tóxicos. Usar limpiadores faciales naturales y orgánicos y productos con antioxidantes ayudará a deshacer el daño que el aire contaminado le hace a la piel. Las dermis grasas, que tienen los poros abiertos, evitarán los puntos negros si se exponen a aire limpio.
-
Beber agua
El agua potable alimenta la piel desde el interior. La tez deshidratada puede verse opaca, causar picazón y resequedad y hacer que las líneas de expresión sean más notorias. También puede realzar las áreas oscuras alrededor de los ojos y la nariz. El alcohol y el café también deshidratan.
Beber mucha agua mantiene la hidratación y puede darle un brillo saludable. Comer frutas y verduras, hacer ejercicio y tener un sueño reparador son acciones que contribuyen a mantener la piel hidratada. La hidratación es crucial en el caso de las dermis secas.
-
Usar protector solar
El sol provoca la mayor parte del envejecimiento. Demasiado sol puede causar graves daños en la piel, contribuir a la deshidratación y formar radicales libres dañinos. Los protectores solares brindan una protección esencial contra los rayos del sol y deben usarse ante exposiciones al sol durante períodos prolongados. También debe usarse ropa protectora y limitar la exposición a la luz solar.
¿Qué productos le funcionan mejor para cada tipo de piel?
Aunque, de lo dicho hasta ahora, ya puede imaginarse qué productos de belleza pueden ser más beneficiosos para cada tipo de dermis, lo cierto es que es oportuno introducir ahora el nombre de algunos ingredientes clave. Estos podrán encontrarse en cosméticos genéricos, si se sabe buscar bien.
Glicerina
Puede considerarse como la verdadera columna vertebral de los productos de hidratación cutánea. Las pieles secas y extremadamente secas agradecerán en gran medida contar con cosméticos que hayan sido fabricados introduciendo este ingrediente, pues es capaz de rejuvenecer e hidratar la dermis.
Ceramidas y ácido hialurónico
Ambos ingredientes son importantes agentes humectantes que se encuentran naturalmente en la piel. Las lociones, cremas, sueros, serums y tratamientos que cuenten con cualquiera de estos dos ingredientes serán estupendos para las pieles secas o mixtas, dañadas por la falta de humedad.
Niacinamida
Si hay un ingrediente ideal para el control de la producción de sebo por parte de las pieles secas, es este. Sus efectos son casi milagrosos. Como consecuencia de su control, se evitan o reducen los problemas ligados al acné y al cutis aceitoso.
Tratamientos para cada tipo de piel
Ahora toca hablar de algunos de los mejores tratamientos de belleza y salud teniendo en cuenta el tipo de cutis que se tenga. Ha de quedar claro, eso sí, que todo esto nunca será dañino para nadie, si bien sí tendrá efectos más evidentes según la clase de dermis que se tenga.
La limpieza por hidrodermoabrasión
Este tratamiento es un procedimiento de la dermis que funde la infusión simultánea de medicamentos y la exfoliación no quirúrgica. El mecanismo de acción de la hidrodermoabrasión incluye la estimulación mecánica activa de la capa basal y el engrosamiento y suavizado de la epidermis.
Los antioxidantes introducidos a través del procedimiento hidratan y disminuyen la inflamación de la piel, revierten el daño fotoeléctrico y protegen las membranas lipídicas, las fibras de colágeno y los sistemas enzimáticos. Las pieles secas y mixtas, a veces dañadas en exceso, agradecen en gran medida el ser sometidas a este tipo de tratamientos.
El peeling químico
El peeling químico es un tratamiento cosmético que se puede aplicar en el rostro, las manos y el cuello, pues se utiliza para mejorar la apariencia o el tacto de la piel. Durante este procedimiento, se aplican soluciones químicas en el área a tratar, lo que hace que el cutis se exfolie y finalmente se despegue.
Una vez que esto sucede, la dermis nueva suele ser más suave, parece menos arrugada y puede tener menos daño. Es muy útil en el caso de la sequedad, de arrugas y de pieles grasas con demasiadas marcas causadas por el acné.
La mesoterapia
La mesoterapia se basa en la aplicación de una técnica no quirúrgica y no invasiva que utiliza microinyecciones de preparaciones farmacéuticas y homeopáticas, extractos de plantas, vitaminas y otros ingredientes en la grasa subcutánea con el fin de que esta desaparezca. Es decir, es capaz de tonificar, modelar y esculpir el rostro, y de disminuir la cantidad de grasa. Evidentemente, es muy indicado para los casos de piel con esxceso de grasa.
La radiofrecuencia
El método de la radiofrecuencia es un método no quirúrgico destinado a estirar el cutis. Es decir, es capaz de, mediante el uso de ondas de energía, tensar la dermis. Y es que, entre otras cosas, envía calor a la piel y provoca un aumento progresivo en la producción de colágeno para combatir así la flacidez de la tez y las arrugas. Está especialmente indicado para dermis secas, tendentes a las arrugas.
El dermapen
El dermapen es un tratamiento que se realiza con microagujas capaces de promover la producción de colágeno en el cutis. Como tal, se consigue que las cicatrices acaben desapareciendo, que mejoren su aspecto en gran medida, den una imagen mucho más estética o incluso que desaparezcan por completo. Es especialmente importante para las pieles grasas que hayan sufrido de acné y, por lo tanto, cuentan con marcas y cicatrices en el rostro.
En conclusión, ya se puede decir que se conoce la piel y los tipos de piel. En mano de cada uno está el aplicar definitivamente aquellos productos para el cuidado de la piel y tratamientos que más convengan. El objetivo, por supuesto, debe ser siempre el de preservar la salud, así como la belleza y la juventud, y para ello hay que conocer el tipo de dermis que se tiene y qué es lo que más le conviene.
Rinoseptoplastia: ¿qué es?
Anteriormente se indicaba que hay algunas intervenciones complementarias que, aunque comúnmente suelen denominarse rinoplastias, son diferentes. Es el caso de la rinoseptoplastia, una cirugía que se lleva a cabo para corregir el desvío del tabique nasal. Esta circunstancia provoca un problema estético y respiratorio.
El tratamiento se divide en dos partes: la septorrinoplastia (se realiza para facilitar el paso del aire por las fosas nasales) y la rinoplastia estética. Puede ser de dos tipos:
- Abierta: Se efectúa la incisión por encima del labio superior. Se retira la piel y se aborda la desviación.
- Cerrada: Las incisiones se llevan a cabo en las fosas nasales. La corrección es casi inmediata y la recuperación es más corta.
Postoperatorio de una rinoplastia
En el quirófano se suele colocar una férula termoplástica para fijar la nariz y reducir la inflamación. Los tapones se han de llevar un máximo de 4 días para controlar el posible sangrado. La operación no provoca dolor, pero es normal recetar analgésicos por si fueran necesarios. Sí es cierto que se suele producir una inflamación de los tejidos faciales.
No es habitual prescribir corticoides o antiinflamatorios, ya que el edema (acumulación de líquido en los tejidos intervenidos) se reabsorbe en unos días de manera natural. Dependiendo de cada paciente, podría apostarse por la medicación para controlar algunos de los síntomas. Es recomendable dormir con la cabeza elevada para bajar la inflamación. Por otra parte, caminar a diario ayuda a que el líquido se reabsorbe en menos tiempo.
El temor a la equimosis (aparición de moretones) es bastante habitual en los pacientes, pero su presencia es menor de la esperada. Para reducirlos, no hay que exponerlos al sol, pues podría producirse una hiperpigmentación de la piel que retrasaría la recuperación total. Bastaría con usar una crema con el filtro solar más alto posible.
Debe aclararse que no hay ninguna técnica que garantice que no vayan a aparecer los moretones o que se inflame el área intervenida. Semejantes consecuencias son lógicas teniendo en cuenta las características de la intervención. La férula se retira a los ocho días y, aunque ya pueden apreciarse los cambios, la inflamación y los hematomas estarán ahí.
Mención aparte merece la limpieza de las fosas nasales, para la cual se han de emplear soluciones salinas hipertónicas o isotónicas. La aplicación de pomadas antibióticas es aconsejable para reducir el riesgo de infección. Pasadas tres semanas desde la intervención (cuando la piel haya recuperado su tersura), es posible volver a maquillarse. No se deben utilizar tiras de limpieza de poros por compresión hasta pasados 90 días. El uso de gafas tras la retirada de la férula ha de ser prescrito por el cirujano.
- Otras recomendaciones importantes son:
- No realizar ejercicio físico intenso.
- Bañarse en lugar de ducharse.
- No sonarse la nariz.
- Consumir más frutas y verduras para facilitar el tránsito intestinal.
- Moderar las expresiones faciales.
- Cepillarse los dientes con suavidad.
- No usar prendas que haya que ponerse por la cabeza.
Preoperatorio para una operación de nariz
La reunión con el cirujano es imprescindible, ya que necesita toda la información posible sobre el paciente. Lo habitual es que:
- Repase el historial médico del paciente. Hará especial hincapié en si hay antecedentes de obstrucción nasal y cuáles son las operaciones previas. La medicación que se toma y las posibles alteraciones en la coagulación de la sangre son aspectos esenciales para determinar cómo abordar la intervención.
- Realice una exploración física. Se incluyen análisis completos, un repaso a las características faciales en su totalidad y la comprobación del tipo de piel, de la fortaleza del cartílago y de la capacidad respiratoria del paciente.
- Se hacen fotografías para que el paciente pueda comprobar el cambio estético tras su recuperación.
- Podría proponerse una mentoplastia para armonizar el rostro.
En lo que respecta a la vida del paciente en las semanas previas a la operación, es importante que evite el consumo de algunos medicamentos, como la aspirina, el ibuprofeno y similares. El cirujano se encargará de ajustar la medicación correspondiente. Por otro lado, evitar el tabaco ayuda a reducir las posibilidades de infección o de problemas en la cicatrización. Hablar claramente con el especialista es una manera de garantizar el éxito de la intervención.
¿Cuánto tiempo se tarda en ver el resultado final?
Teniendo en cuenta la inflamación, los posibles hematomas y la recuperación, los resultados finales no se aprecian en su totalidad hasta un año después. Sí es posible afirmar que, salvo traumatismo o enfermedad que pudiera afectar a la nariz, son definitivos. En ello influyen tanto el cumplimiento de las normas del cirujano respecto a la limpieza de la nariz como el tipo de vida del paciente.
A lo largo de los meses, es posible ir apreciando los cambios que terminarán siendo definitivos. El objetivo es lograr que la nariz se reponga de la intervención y comprobar que los posibles daños son corregidos de manera acertada. En ocasiones, el resultado (por exceso o por defecto) provoca que sea necesaria una segunda intervención.
Se espera haber logrado informar con exactitud a los pacientes potenciales de una rinoplastia u operación de nariz de su idoneidad, características, riesgos y consecuencias. En la correcta elección del cirujano está la clave para que el tratamiento sea exitoso y termine por mejorar la imagen o la capacidad respiratoria del paciente.
Turbinectomía o cirugía de cornetes
Esta es otra de las intervenciones que inciden directamente en la calidad de vida del paciente. Los cornetes son estructuras carnosas que se encuentran en las fosas nasales. Hay tres: el inferior, el medio y el superior. Su función es filtrar las partículas, humidificar y calentar el aire antes de su entrada en los pulmones. Si se inflaman, pueden provocar problemas respiratorios.
Suele usarse un instrumento de radiofrecuencia que permite reducir los cornetes con mayor acierto. Lo habitual es eliminar el tejido sobrante y no realizar incisiones.
La rinoplastia se trata de una intervención segura, pero entrar en el quirófano conlleva una serie de riesgos que podrían alterar la recuperación del paciente. Los peligros específicos de la rinoplastia/cirugía de la nariz comprenden entumecimiento, sangrado nasal, cicatrices en la base de la nariz, rotura de pequeños vasos sanguíneos en la superficie de la piel, inflamación, daño nervioso permanente, o corrección exagerada o inferior que requiera rinoplastia secundaria/de revisión.
Como puede aparecer inflamación notable, es posible que los efectos iniciales no se vean durante varias semanas y que el resultado final no se consiga durante muchos meses. Sin embargo, a medida que la nariz se cura y la inflamación desaparece, la mayoría de los pacientes sienten que la rinoplastia sí ha cumplido sus metas y ha conseguido los resultados que ellos esperaban. La paciencia, el procedimiento y el tiempo de recuperación de la rinoplastia son importantes tanto para el éxito de la cirugía como para la satisfacción del paciente. Después de que haya pasado todo el tiempo de recuperación, podrá ver mejor los resultados de su cirugía de la nariz, y lo más probable es que no tengan ningún problema posterior y estén conformes con su nuevo aspecto.