Lifting facial

Actualmente, existen diversas técnicas de lifting facial. Si se habla de aquellas no quirúrgicas, destacan:

• La inyección ácido hialurónico
• La radiofrecuencia
• Los rellenos dérmicos
• Los peelings para retrasar los signos de la edad.

La combinación de muchas de estas técnicas permite tratar el envejecimiento facial con una rápida recuperación. Se realizan en consulta, por lo que no es necesaria hospitalización. Estos tratamientos de lifting no quirúrgicos son efectivos en situaciones de flacidez leve. Por ejemplo, los pliegues nasolabiales se pueden tratar adecuadamente con una combinación de rellenos dérmicos a base de ácido hialurónico.

Otra opción alternativa a un estiramiento facial quirúrgico es el estiramiento con hilo. Las incisiones son mínimas y el enrojecimiento o los moretones posteriores al procedimiento son fáciles de ocultar con maquillaje. Para ello, se utilizan 2 o 3 hilos para ayudar a mantener el ángulo recto del cuello. Los hilos tensores se pueden combinar con liposucción de grasa. En la mitad de la cara, uno o dos hilos ayudan a levantar el tejido de la mejilla. El resultado es inmediato y proporciona un efecto rejuvenecedor que puede durar de 1 a 2 años.

Sin embargo, en casos severos donde hay demasiada piel flácida debido a una pérdida de peso dramática o cuando el paciente ha alcanzado cierta edad, los tratamientos no quirúrgicos no son efectivos. De ahí que la cirugía de estiramiento facial tradicional se destaque como la técnica más efectiva para eliminar las arrugas. La técnica ha evolucionado a lo largo de los años. Actualmente, el lifting facial se practica con diferentes técnicas de última generación, entre ellas, el lifting facial con láser e incisiones quirúrgicas. Ningún otro tratamiento puede lograr los mismos resultados.

El lifting facial quirúrgico se basa en  realizar una incisión en la zona correspondiente para estirar y tensar los tejidos y eliminar la grasa sobrante. Actualmente, la relación coste-beneficio se inclina a favor del lifting quirúrgico. La duración de los resultados del tratamiento compensa el coste y el tiempo de recuperación. Se pueden disfrutar de los resultados durante casi una década.

Si se efectúa el lifting quirúrgico, los pacientes normalmente salen de la clínica 24 horas después de la intervención; sin embargo, esto dependerá de la evolución y de la recomendación del profesional.

En los primeros días tras la intervención, es clave dormir sobre dos almohadas para reducir la inflamación. Además, se debe evitar tomar bebidas calientes o masticar demasiado, para que los puntos no se vean afectados.

La hinchazón y los hematomas desaparecerán durante los primeros días.

Normalmente, un lifting clásico necesita unos quince días para una completa recuperación. Si se realiza un minilifting (solo para abordar líneas de expresión), al emplearse técnicas menos invasivas, es posible requerir solo un par de días.

Si se necesitan varios días para recuperarse, se recetarán analgésicos y antibióticos para controlar el dolor y minimizar el riesgo de infección. Se recomendará una prenda de compresión o compresión fría después de la cirugía para ayudar a reducir la hinchazón. Dormir con la cabeza levantada por encima del pecho durante unos días también ayudará a que la hinchazón se asiente más rápido. Si se utilizan drenajes, se retirarán en unos pocos días una vez que haya drenado poco líquido. Las suturas se retirarán entre 5 y 10 días después de la cirugía.

Cabe destacar que tras efectuar un lifting clásico no suelen quedar cicatrices a largo plazo. Durante las primeras semanas es posible apreciar unas mínimas cicatrices que se resuelven espontáneamente.

• Es el mejor tratamiento para la flacidez de la piel del rostro.
• Se consigue una tez más joven y tersa.
• Los resultados duran más que las técnicas no quirúrgicas.
• Las cicatrices son casi invisibles.
• Mitiga las arrugas y la piel flácida.

Este tipo de lifting, también denominado como ritidectomía, se trata de una técnica orientada a rejuvenecer el tercio inferior y medio del rostro y del cuello. Puede abordar distintos pliegues, incluyendo los que abarcan la nariz, la boca, los depósitos de grasa e incluso los que se encuentran debajo del mentón. Con este tipo de lifting se puede conseguir un rostro más firme y jovial.

Gracias al lifting cérvico-facial es posible que se reafirmen distintos músculos subyacentes para dar mayor tonicidad a la piel. Realmente, este tratamiento está indicado para todos aquellos que hayan notado que determinadas localizaciones de su rostro o cuello han perdido elasticidad. Puede ser recomendable empezar a realizarlo a partir de los 35 años. No existe un límite superior de edad para ello.

Se trata de una técnica mínimamente invasiva que puede ayudar a recuperar la jovialidad del labio superior al elevarlo y al devolverle el volumen. Puede además acortar el filtrum (espacio existente entre la nariz y el labio superior) y aumentar el bermellón. 

Con este tratamiento no solo mejora la estética de los labios sino también la sonrisa. Se puede acometer mediante un láser de CO2 y bajo anestesia local para mitigar las posibles molestias. 
Los resultados son totalmente naturales y se puede disfrutar de un rejuvenecimiento con resultados inmediatos tras la intervención.

Realizar un lifting facial puede ser la solución para rejuvenecer el rostro de una forma totalmente eficaz. La piel puede recuperar su vitalidad, brillo y color natural.