Frontoplastia

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Frontoplastia o reducción de frente

La frontoplastia o reducción de frente es una de las alternativas más fiables para remodelar el rostro. El tratamiento consiste en conseguir que la frente del paciente cambie de aspecto.

De ser prominente se procede a su reducción apostando por la armonía. En el caso contrario, se trata la zona para lograr aumentar el tamaño de la frente teniendo en cuenta su simetría con el resto del rostro. 

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¿Cómo se realiza la frontoplastia o reducción de frente?

Hay diversos tipos de intervención, pero todas toman como punto de partida la línea de las cejas o del nacimiento del pelo. Lo habitual es combinar distintas técnicas, pero apostando siempre por crear un efecto visual y solo en algunos casos por la eliminación de tejido. La línea de nacimiento del pelo se desplaza entre 1,5 y 5 centímetros. El cirujano procede de la siguiente manera: 

  • Comienza marcando la línea del cabello para realizar la incisión. Suele acordarse con el paciente dónde se va a situar para que sea el primero en saber cuál será el resultado de la cirugía. 
  • La piel que queda por encima de la línea dibujada se extirpa para adelantar la del nacimiento del pelo. Al tratarse de solo unos centímetros, las incisiones son mínimas y se colocan en los pliegues de la piel. 
  • Se sutura la herida con dos capas de puntos o clips. El pelo crecerá, tras unas semanas, entre las incisiones.

Se trata de una intervención ambulatoria y sencilla que no debería presentar mayores complicaciones si se siguen las indicaciones previas y posteriores dictadas por el cirujano. El paciente regresa a casa tras unas horas en observación en las que se comprueba que la sutura es correcta y que ha superado los efectos de la anestesia. En caso de posible intolerancia a esta sustancia, se aconsejaría permanecer unas 24 horas en la clínica, siendo esta circunstancia algo poco habitual. 

¿A quién está dirigido este tratamiento?

Tener la frente ancha afecta, directamente, a la imagen que transmite la persona. Por lo tanto, esta opción está especialmente aconsejada a personas que: 

  • Tengan la frente demasiado grande o ancha. Las dimensiones del hueso frontal son imprevisibles, pero un gran tamaño podría provocar que la persona rechace su propia imagen.
  • Personas transgénero que quieran darle un aspecto más femenino a su cara. La reducción de la frente suaviza los rasgos y confiere mayor dulzura a la cara.
  • Mujeres que por tener la frente más ancha presentan una cara demasiado masculina y aparentan mayor edad de la que tienen.
  • Pacientes con complejo de tener la frente demasiado grande que usan alternativas diversas para cubrirla. Es habitual dejarse flequillo o usar gorra para ocultar lo que se considera un defecto. La cirugía es una solución permanente que evita el tener que esconder la frente. 
  • Candidatos o candidatas que por padecer alopecia luzcan una frente poco acorde al resto de su rostro. La pérdida de pelo deja a la vista más cantidad de frente lo que puede provocar que la persona no se sienta a gusto con su imagen. 
  • Personas que se han sometido a un lifting facial o de cejas que quieran mejorar sus resultados. 
  • Individuos con las cejas demasiado bajas o situadas en la mitad del rostro. Es una de las afecciones más habituales y provoca una falta de confianza en la propia imagen que podría terminar en un complejo de mayor importancia. 
  • Hombres con una alta densidad capilar que no tengan antecedentes familiares de alopecia.
  • Hombres a los que un injerto de cabello les ha desplazado la línea del pelo. Cambiar su ubicación no afecta al resultado del tratamiento anterior, pero permite lucir una imagen que encaje mejor con los gustos del paciente. 

Duración de la frontoplastia

Dependerá del tipo que se vaya a practicar. Se suele aplicar anestesia general, por lo que el proceso podría llegar a durar hasta tres horas en total. El ingreso hospitalario puede variar, pero suele ser como máximo de 24 horas. 
Lo habitual es que durante el mes siguiente a la intervención aumente la caída del pelo, pero en semanas sucesivas se recupera su crecimiento normal. 

Los resultados definitivos dependen de las características del paciente. La inflamación puede durar entre un mes y varios. Sin embargo, cada semana es más fácil comprobar el cambio en la imagen personal. No suele ser necesario repetir la intervención. 

Tipos de frontoplastia u operaciones de frente

Son tres fundamentalmente. Es el especialista quien elegirá cuál es el más recomendable en cada caso particular.

Frontoplastia de reducción 

Si el tamaño del hueso frontal es el que provoca la alteración se procede a una osteotomía. Suele cortarse el hueso y limarse para que presente el aspecto deseado. Es una opción solo aconsejable para algunos pacientes y exige las máximas garantías y cuidados posteriores.

Cirugía de frente plana 

Es el caso contrario al anterior. Se suele introducir una prótesis de titanio realizada a medida. Igualar el volumen de la frente es más sencillo. La placa presenta la resistencia necesaria para poder realizar vida normal pasado el tiempo de recuperación.

Modificación de línea capilar 

Es la que se suele realizar en un mayor número de ocasiones. Consiste en adelantar la línea de nacimiento del cabello eliminando el tejido sobrante. Es la modalidad que ofrece menos complicaciones posteriores y la que permite disfrutar de una rápida recuperación.

¿Qué debes saber antes de someterte a una reducción de frente o frontoplastia?

Entrar en un quirófano y el uso de anestesia general conlleva riesgos diversos. Para evitarlos, es necesario tener en cuenta los siguientes aspectos: 

  • El cirujano debe conocer detalladamente el historial médico del paciente. Es de especial interés mencionar si se ha padecido ojo seco, desprendimiento de retina o glaucoma. La hipertensión, los trastornos circulatorios o las cicatrices queloides previas también contribuyen a conocer la idoneidad de la intervención. 
  • De haberse sometido a algún tipo de cirugía estética, como un lifting o estiramiento, el cirujano podría descartar la operación. Repetir el proceso dependerá de la cantidad de piel disponible y de los motivos que han llevado a la persona a tomar la decisión de volver a corregir la imagen de su rostro. 
  • El comentario detallado de todos los medicamentos que se estén tomando, incluidos los de origen natural, es imprescindible. El profesional solicitará que semanas antes se deje de tomar aspirina y antiinflamatorios con el objetivo de evitar el sangrado y los hematomas. Para que sea más fácil, se suele ofrecer un listado con los medicamentos permitidos. Debe prestarse especial atención al consumo de vitaminas o suplementos, ya que podrían provocar pequeñas hemorragias durante la operación. 
  • Durante la semana previa a la operación debería evitarse el consumo de alimentos demasiado salados para favorecer la retención de líquidos. Lo mismo sucede con las bebidas alcohólicas. 
  • Un mes antes del procedimiento debería evitarse el tabaco. Aparte de por los tóxicos que incluye cada cigarrillo, se tiene en cuenta que fumar retrasa la cicatrización llegando a provocar la necrosis (muerte) del tejido recién intervenido. 
  • En las semanas previas hay que seguir una dieta saludable, evitar el sedentarismo, hidratarse y descansar. Estos factores ayudan a acortar el tiempo de curación y cicatrización. 

Aparte de los mencionados, puede haber otros específicos que el cirujano considere importantes para que la operación cumpla su objetivo.

Contraindicaciones de la frontoplastia

Las consecuencias de la intervención pueden ser diversas y en todos los casos han de ser supervisadas por el cirujano. Se le debe prestar la atención correspondiente a: 

  • Un sangrado irregular.
  • Infecciones por no practicar los cuidados correspondientes durante la cicatrización. 
  • La posible aparición de seromas, acumulación de líquido, en el área de intervención. 
  • Asimetrías en el rostro. Suelen corregirse con el paso de las semanas. 
  • Hematomas en el cuerocabelludo que pueden alcanzar la zona ocular. Tienden a desaparecer progresivamente.
  • Falta de sensibilidad en la frente. Es habitual que al tacto no se sienta de la forma habitual lo que provoca cierta ansiedad en el paciente. También es un síntoma que va desapareciendo con el paso de los días. 

Postoperatorio de reducción de frente

Tras haber repasado las posibles incidencias, es el momento de describir los detalles de los cuidados específicos para esta intervención: 

  • El cirujano usará un vendaje compresivo para evitar que la frente se inflame y moleste. Solo el especialista puede retirarlos. Lo mismo sucede con los apósitos que se colocan para cubrir la incisión. Se retirarán exclusivamente cuando los puntos dejen de ser funcionales. 
  • Pueden aplicarse compresas de hielo para bajar la hinchazón y el dolor. Los analgésicos recetados ayudan a lograr este objetivo. De experimentar un dolor demasiado intenso que no disminuye hay que contactar con el cirujano de inmediato. 
  • Algunos cirujanos recetan antibióticos para evitar posibles infecciones. Otros prefieren hacerlo exclusivamente cuando estas se produzcan.
  • Mantener la cabeza elevada durante varios días tras la operación es muy recomendable. 
  • Justo tras la incisión es posible tener una ligera sensación de entumecimiento. Su duración es variable, pero la supervisión constante del especialista es determinante para descubrir si todo va bien. 
  • La línea de implantación o incisión puede provocar picores a medida que pasa el tiempo. Es una señal positiva que confirma que las heridas han comenzado a cicatrizar correctamente. 
  • De no tratarse de puntos solubles, se retirarán pasada una semana desde la cirugía. La visita para llevar a cabo este proceso se concierta justo después de la operación. 
  • Hay que esperar 48 horas para lavarse la cabeza de la forma habitual. El permiso del cirujano es obligatorio para evitar posibles infecciones al humedecer la herida. 
  • La pérdida de cabello en la parte frontal aparece entre 15 y 30 días después de la cirugía. Tras algunos meses se recupera la densidad capilar original. 
  • No es conveniente ir al gimnasio, a la piscina o a correr en los 15 días posteriores a la intervención. Tampoco es adecuado levantar objetos demasiado pesados. Se recomienda reposo y evitar cualquier tipo de golpe en la zona.

Una vez más se recuerda la importancia de comunicarle al cirujano cualquier tipo de incidencia en la recuperación. Sólo así se evitan problemas diversos que pudieran provocar la entrada en el quirófano para corregir cualquier tipo de problema. 

Precio de una operación de frontoplastia

Fijar un precio concreto es una tarea algo complicada, ya que todo dependerá de cada caso particular. Sí es posible valorar los aspectos que provocan que el precio sea más alto o más bajo: 

  • La ubicación de la clínica. En las grandes ciudades suele ser mayor el precio y en las más pequeñas no tanto. El desplazamiento de un tipo a otro de ciudad debe incluirse en el precio final. 
  • La experiencia del cirujano y su reputación. 
  • El caso concreto. No todas las operaciones son iguales y hay variables que pueden aumentar la cantidad a pagar. 
  • El uso de un expansor de tejido que ayude a estirar la piel. 

En términos generales, los precios oscilan entre los 4.000€ y los 6.000€. Completar la intervención con otros tratamientos aumenta sus efectos por lo que habría que añadir su precio a la cantidad total a desembolsar. 

La frontoplastia o reducción de frente, tal y como se acaba de describir, es una operación segura y fiable. Sus resultados son positivos y ofrecen la oportunidad de cambiar el aspecto del rostro fácilmente.

¿Cómo es la cicatriz de una frontoplastia?

Depende del tipo de intervención que se realice. Lo habitual es que el cirujano apueste por las líneas oblicuas o en zigzag con el objetivo de disimular mejor cuando el pelo vuelva a crecer. Se sitúan en la nueva línea de nacimiento del pelo. De no complicarse la cicatrización, la doble sutura garantiza que la cicatriz se difumina progresivamente.

Para alcanzar este objetivo debe confiarse exclusivamente en un cirujano con la experiencia necesaria en la materia. Lo contrario supondría un efecto bastante perjudicial para la imagen personal del paciente y diversas complicaciones que ahora se detallan.

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