Bruxismo

bruxismo

¿Qué es el bruxismo?

El bruxismo es un término que se utiliza para describir el rechinar o apretar excesivamente los dientes que puede producirse de forma inconsciente, sobre todo mientras se duerme.

Aunque la mayoría de las veces el bruxismo es benigno, puede resultar problemático cuando se produce de forma regular. El bruxismo puede provocar el desgaste del esmalte dental, el aflojamiento de los dientes o la erosión de las coronas dentales. Por ello, muchos casos requieren la intervención de un dentista. Se calcula que aproximadamente el 8% de los adultos y el 14% de los niños rechinan los dientes de forma habitual.

Esta dolencia anteriormente se solía tratar mediante relajantes musculares o férulas de descarga. Sin embargo, los relajantes musculares no son recomendables en todas las personas y su ingesta puede presentar problemas si es por periodos prolongados y las férulas son molestas con lo que los pacientes terminan por no usarlas.

El tratamiento más recomendado es mediante inyecciones de una sustancia médica en el músculo mandibular, este tratamiento ofrece grandes resultados y cada vez más especialistas confían en esta sustancia para solucionar los problemas que el bruxismo presenta. Y es que gracias a sus propiedades se ha convertido en el tratamiento estrella para solucionar el problema.

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¿Cuándo aparece el bruxismo?

El bruxismo puede darse tanto de día como de noche, aunque es más frecuente que se produzca durante el sueño, al estar dormidos y no poder controlar los movimientos. La mayoría de veces, la persona que padece esta patología no es consciente y no es hasta que otra persona le advierte que rechina los dientes o una visita rutinaria al dentista que descubre que tiene bruxismo.

Tal patología suele aparecer en edades tempranas, en la adolescencia, aunque puede dar sus primeros signos incluso en la niñez, y afecta en igual medida a mujeres y hombres. Existen diferentes teorías sobre las posibles causas de su aparición, aunque las más compartidas entre los expertos son el estrés y los trastornos del sueño.

¿En que cosiste el tratamiento para el bruxismo?

El tratamiento para el bruxismo, consiste en la aplicación de una sustancia médica en el interior del músculo mandibular. La sustancia se aplica mediante pequeñas inyecciones en los músculos encargados de abrir y cerrar la mandíbula.

La sustancia a inyectar es una toxina producida por una bacteria y que tiene múltiples usos en la actualidad. El principal de ellos es su efecto relajante, por lo que la aplicación en la zona mandibular consigue que estos músculos no se contraigan involuntariamente a lo largo de la noche o, si fuera el caso, a lo largo del día.

Las inyecciones para el bruxismo son una forma sencilla y eficaz de solucionar esta patología. Los resultados son efectivos y relativamente inmediatos; y, lo que es mejor, no se requiere de tiempo de recuperación. Por lo tanto, el paciente después de recibir el tratamiento vuelve a su casa sin necesidad de adoptar ningún cuidado posterior, vuelve a una actividad normal.

Gracias a la relajación de la musculatura, se logra proteger del desgaste mecánico a la dentadura como a la articulación muscular de esa zona. Además, gracias a la relajación del músculo mandibular, se presenta una reducción sustantiva del volumen de la mandíbula, ya que se evita que ésta se contraiga continuamente. Esto se traduce en un menor desgaste de las piezas dentales, una sensación de alivio en la zona facial y del cuello, y en un afinamiento del rostro en la zona inferior, que anteriormente se veía ensanchado por la hipertrofia muscular producida por las contracciones.

 

¿A quién está dirigido este tratamiento para el bruxismo?

El tratamiento con esta toxina va dirigido a todas aquellas personas que padecen de bruxismo. Tal y como hemos comentado anteriormente, es frecuente que el propio paciente no sea consciente que sufre tal dolencia hasta que una visita en el dentista destape el problema o una persona cercana les comente que han escuchado rechinar los dientes durante la noche.

Estas condiciones hacen que darse cuenta de que uno mismo padece de bruxismo sea bastante complicado. Aun así, cabe mencionar que si la persona se despierta con cefaleas y dolores musculares en la zona de la mandíbula, estos síntomas pueden ser indicativos de que podemos estar ante un principio de bruxismo.

Otro aspecto al que prestar atención es si la fisonomía de la cara ha cambiado recientemente. Al contraer el músculo mandibular continuamente hacemos que este se hipertrofie (se desarrolle más de lo normal) y, por lo tanto, es usual ver un ensanchamiento de la cara, es decir, los rasgos de la cara se vuelven más “cuadrados” al desarrollar más la mandíbula.

El tratamiento, por lo tanto, será recomendado para todos aquellas personas que padecen de bruxismo. Sus resultados serán especialmente beneficiosos para las personas que empiecen a experimentar desgaste dental y dolor muscular, así como aquellas que empiecen a desarrollar una hipertrofia muscular en la zona inferior de la cara.

Los resultados del tratamiento son excelentes, incluso en los casos más graves, se consigue mejorar sensiblemente la calidad de vida del paciente y además, conseguimos beneficios estéticos como el afinamiento del rostro.

¿Cuánto dura el tratamiento?

El procedimiento para tratar el bruxismo es rápido y muy sencillo. Se trata de una intervención ambulatoria y poco invasiva en la que se aplica la toxina al paciente en la zona mandibular. Se suele requerir una sesión de 15 a 20 minutos para aplicar el producto. Además, se trata de un procedimiento indoloro así que no hará falta la aplicación de ningún tipo de anestesia, ni inyectable ni en forma de crema.

Una vez el producto se ha infiltrado, el paciente comenzará a notar los efectos de manera casi inmediata. En las primeras 48-72 horas ya se puede apreciar una relajación del labio superior y en los siguientes 15 días el músculo mandibular perderá gran parte de su fuerza, impidiendo que se contraigan involuntariamente durante la noche.

Los resultados de la aplicación de este tratamiento tienen una duración de entre 6 a 9 meses. Tras este periodo, lo recomendable es volver a ponernos en manos de un especialista para que evalúe de nuevo el caso y para que aprecie la necesidad de someternos a una nueva sesión.

¿Por qué poner remedio al bruxismo?

Tal y como hemos comentado anteriormente, es muy posible que la persona no se dé cuenta de que padece bruxismo hasta que otra persona le advierta de ello o hasta que una visita en el dentista se lo confirme. Sin embargo, es importante ponerle remedio cuanto antes, ya que las consecuencias, pueden llegar a ser bastante graves.

Al rechinar los dientes a lo largo de la noche, las piezas dentales se desgastan, astillan y pueden llegar incluso a romperse. Todo esto se traduce en un desgaste de la dentadura y es frecuente que aparezca incomodidad y dolor en la zona mandibular. Además, al desgastar las piezas dentales, estas se debilitan y aparece la sensibilidad dental a los elementos fríos (hielos, helados y productos fríos) y al calor (bebidas y alimentos calientes).

Cabe tener en cuenta que el dolor producido puede irradiarse a otras zonas contiguas, produciendo dolor de cabeza, de cuello, oído o cefaleas (estas últimas son especialmente comunes). No es extraño, además, que aparezca el insomnio, ya que el malestar producido puede derivar en dificultades para conciliar el sueño porque este tipo de movimientos pueden complicar el hecho de encontrar una postura adecuada para quedarse dormido.

Desde un punto de vista más estético, las personas que padecen de esta patología están gran parte de la noche contrayendo los músculos de la zona mandibular, por lo que estos se desarrollan más de la cuenta produciendo una hipertrofia. Con el tiempo se puede llegar a producir una alteración de la anatomía facial, generando un aspecto de cara cuadrada.

Cuando el bruxismo no se corrige a tiempo suele desembocar en patologías más graves como generar una contractura mandibular muy dolorosa que impide o dificulta la correcta apertura de la boca. La propia  capacidad de masticar de forma normal pueden verse afectadas. Como puedes ver, se trata de cuestiones que pueden limitar de forma dolorosa actividades cotidianas del día a día.

¿Cuánto dura el efecto del tratamiento de bruxismo?

Como hemos comentado anteriormente, el tratamiento para el bruxismo tiene una duración entre los 6 y 9 meses. Eso se debe a que es nuestro propio organismo quien reabsorbe la toxina.

Al haber pasado este periodo, será conveniente que volvamos a visitar a nuestro especialista para que nos indique si sería conveniente que nos volviéramos a someter a otra sesión.

Si la dolencia ha dado muestras de aparición en un periodo muy ajetreado de nuestras vidas, puede que no necesitemos someternos más a este tratamiento. Por el contrario, puede ser un problema recurrente que requiere atención continua.

¿Tiene efectos secundarios el tratamiento para el bruxismo?

La aplicación de la toxina en los músculos responsables de la mandíbula muestra resultados excelentes para tratar el bruxismo, debido a la potente acción relajante de la sustancia. Además, apenas genera efectos secundarios en el organismo. Tenemos que pensar que estamos hablando de una neurotoxina que es utilizada tanto en niños como bebés en el caso de parálisis.

Uno de los grandes motivos de su eficacia es que trata el problema justo donde se origina, en los músculos maseteros. La cantidad de producto que se inyecta se encuentra perfectamente medida, de forma que no se ve afectada ninguna otra zona del rostro o del cuello. Por lo tanto, podemos descartar la idea de que nos produzca parálisis facial.

El tratamiento del bruxismo es un tratamiento muy agradecido por los pacientes, ya que ofrece excelentes resultados tanto desde un punto de vista tanto funcional como estético: desde un punto de vista funcional porque impide el desgaste de la dentadura y los problemas que esto acarrea (sensibilidad dental, rotura de piezas dentales, astillamiento…) además de dolores y cefaleas; y estético porque gracias al efecto relajante se impide que el músculo se contraiga.

Precio del tratamiento para el bruxismo

El precio del tratamiento para el bruxismo varía según la clínica y el especialista. Por lo general, lo normal es que la intervención cueste entre 350€ y 600€ la sesión. El tratamiento se ha convertido en la forma más eficaz para resolver esta dolencia tan molesta para las personas que la padecen. Las micro inyecciones son la forma más sencilla y asequible de resolver el bruxismo.

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