Bichectomía

bichectomía

Bichectomía o extracción de las bolas de Bichat

Conseguir un rostro armónico y perfilado es, desde hace ya varios años, uno de los ideales estéticos más solicitados por la mayoría de los pacientes. Para lograr este objetivo hay un amplio abanico de intervenciones disponibles, pero pocas son tan sencillas, rápidas y efectivas como la bichectomía o la extracción de las bolas de Bichat.

La bichectomía permite que en apenas media hora los rasgos faciales se afinen y redefinan de manera asombrosa y, sobre todo, duradera.

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¿En qué consiste la bichectomía?

La bichectomía es una intervención quirúrgica mínimamente invasiva que consiste en la extracción de las conocidas como bolas de Bichat. El fin de este tratamiento es adelgazar la zona de las mejillas y resaltar los pómulos del paciente. 

La operación, que tiene un carácter ambulatorio, se desarrolla mediante un procedimiento bastante simple: el especialista en cirugía plástica realiza una incisión de un centímetro y medio en cada cara interna de la mejilla y, a través de ella, extirpa las bolas de Bichat.

Durante la intervención se hace uso de anestesia local; en la amplia mayoría de las intervenciones el paciente permanece totalmente despierto y consciente. De esta manera, puede irse a casa por su propio pie una vez haya terminado la intervención. 

¿A quién está dirigido este tratamiento?

Existe la creencia errónea de que esta cirugía solamente está recomendada para aquellos pacientes que, tras salir de una fase más o menos larga de sobrepeso, desean afinar también su rostro. Si bien es cierto que estos sujetos pueden beneficiarse de los resultados de la operación, no son los únicos a los que está dirigida. Las llamadas «mejillas de ardilla», responsables de redondear en exceso el contorno facial, pueden darse en todo tipo de personas.

Es más, el peso no suele ser un rasgo que condicione una mayor o menor presencia de las bolas de Bichat. Hay quienes mantienen la redondez del rostro incluso tras pasar por una estricta dieta.

Son muchas las personas de constitución delgada que, por sus características genéticas, pueden tener un rostro ancho que no casa con su imagen corporal. Este tipo de perfiles se consideran unos buenos candidatos para la intervención, ya que pueden ver redefinidos sus rasgos de manera muy satisfactoria.

Aunque el rango de edad válido para realizar esta intervención oscila de los 18 a los 50 años, el segmento poblacional que más suele solicitarla se sitúa entre los 25 y los 35 años. En cualquier caso, siempre será el cirujano plástico el que determine la conveniencia de la operación basándose en un examen médico, físico y sanguíneo del posible candidato.

Duración de la bichectomía

La operación puede durar de 20 a 45 minutos dependiendo de la anatomía del paciente y de la posición que tenga el acúmulo de tejido adiposo con respecto al maxilar superior. Dependiendo de su altura, la intervención podrá realizarse de una forma más o menos sencilla. 

Una de las ventajas principales de la bichectomía es que no requiere de un ingreso posterior en el hospital. Además, al emplearse solamente anestesia local, el paciente puede regresar a casa de forma inmediata para comenzar la recuperación lo más cómodamente posible.

Solo se practica la sedación total si la intervención va a compaginarse con otras operaciones estéticas como son la blefaroplastia o la rinoplastia. Asimismo, es perfectamente combinable con las inyecciones de ácido hialurónico para un resultado más armónico. 

La técnica empleada durante la intervención puede ser tradicional o con láser, algo que depende del cirujano. En ambos casos, las cicatrices originadas en la mucosa interior de la boca desaparecen totalmente con el tiempo. Con el transcurso de los meses serán absolutamente imperceptibles. Además, suele emplearse hilo de sutura reabsorbible, por lo que no será necesario retirar los puntos pasados unos días. 

¿Qué son las bolas de Bichat?

Las bolas de Bichat son unos cúmulos de tejido graso encapsulados en la zona media e inferior de la región geniana (es decir, las mejillas). Su curioso nombre fue otorgado en honor a François Xavier Bichat, el anatomista francés que descubrió que, lejos de ser unas glándulas, eran simples cuerpos adiposos.

Estas estructuras anatómicas, también conocidas como Bolas de Grasa Bucal (BGB), se ubican entre los músculos buccionador y masetero. Su única función en los adultos es lubricar la musculatura que permite la masticación y la mímica facial. Por ello es posible prescindir de su presencia, ya que realmente no condicionan ninguna función vital.

¿Qué comer tras una bichectomía?

Practicada la intervención, en los dos días siguientes solo se podrán tomar líquidos. La idea es mantener el organismo hidratado y nutrido sin necesidad de ingerir alimentos sólidos para impedir daños en la herida intraoral y facilitar la posterior higiene. Eso sí, se desaconseja totalmente la succión, debiendo los alimentos ser ingeridos en vaso o con una cuchara. Tampoco es conveniente tomar bebidas demasiado calientes, picantes, cítricas o alcohólicas. 

Cuando el especialista lo considere, se podrán incorporar alimentos blandos para evitar tanto el esfuerzo que supone el masticar como las posibles infecciones en las incisiones practicadas: sopas, cremas suaves, tortilla, pasta, purés, yogur… Una dieta blanda que se deberá mantener, al menos, durante una semana. Poco a poco, y siempre bajo supervisión médica, se pueden ir introduciendo otro tipo de alimentos.

Postoperatorio tras una operación de bichectomía

El postoperatorio es rápido y poco molesto en líneas generales, siempre y cuando se sigan al pie de la letra las recomendaciones aportadas por el especialista en consulta. De lo contrario, es probable que el proceso de recuperación se prolongue más tiempo del necesario. La clave está en mantener el reposo durante las 24 horas que siguen a la intervención. Si puede prolongarse de tres a cinco días, mucho mejor.

En las dos horas siguientes a la operación, el paciente debe permanecer con la venda compresora colocada por el médico en quirófano al terminar la intervención.

La venda se quitará al día siguiente en la mayoría de casos; solo excepcionalmente se mantiene más de tres jornadas. También con la intención de reducir la hinchazón, el especialista recetará analgésicos y antiinflamatorios para la semana que sigue. Esa noche y, al menos las tres siguientes, el intervenido deberá descansar recostado, con la cabeza algo más elevada.

Durante las 48-72 horas posteriores puede aplicarse frío en las mejillas para ir reduciendo la inflamación. El hielo no deberá ponerse directamente sobre la piel; es mejor cubrirlo con un pañuelo fino para evitar las quemaduras por frío. Con quince minutos por hora es suficiente para reducir dolor e hinchazón. Algunos pacientes han experimentado como uno de los lados está más hinchado que el otro, siendo una respuesta corporal totalmente natural.

La vuelta al trabajo, al ejercicio físico o a la vida social puede retomarse de cinco a seis días después de la intervención, aunque será el cirujano el que determine los plazos de manera más concreta en función de la evolución que vea en la consulta de revisión.

En lo que respecta a la higiene bucal, cada vez que se tomen líquidos o alimentos es importante limpiar la boca. Hay que realizar un cepillado normal, prestando especial cuidado a la zona tratada. Es habitual que el médico especialista recete para los días posteriores un colutorio específico (normalmente de clorhexidina o triclosan) para mantener la cavidad oral más tiempo protegida entre cepillado y cepillado.

¿Cuál es el precio de la bichectomía?

La extracción de las bolas de Bichat es un tratamiento que suele costar de 1000€ a 1700€. El precio final dependerá del caso concreto, las características del paciente, la tarifa del centro y la del propio especialista.

En este presupuesto se incluye el procedimiento de principio a fin: la primera consulta, el estudio facial con el cirujano plástico, las pruebas preoperatorias, la preparación de quirófano, la anestesia y todo el seguimiento posterior para que el paciente no se enfrente solo a la operación en ningún momento. 

Efectos secundarios o riesgos de quitar las bolas de Bichat

Hecha la cirugía, lo habitual es que se perciba una pequeña molestia, algo similar a la experimentada con la extracción de una muela o cualquier otro tratamiento bucodental. Puede aparecer también un ligero hematoma (que desaparecerá en pocos días), así como algo de acorchamiento o pérdida de sensibilidad.

Es completamente normal que pueda resultar difícil la apertura completa de la boca; hay que tener en cuenta que la musculatura está irritada y que requiere reposo para su buena cicatrización y desinflamación. 

Y aunque se trate de una intervención muy sencilla que no suele comportar complicación alguna, sí conviene conocer los síntomas que pueden ser indicativos de una posible infección. Una vez realizada la cirugía, si el paciente nota que su temperatura corporal no desciende de los 38 grados centígrados o que no disminuye la inflamación y enrojecimiento de la cara, debe acudir urgentemente a la consulta para un diagnóstico. 

Solo en los casos más graves se han observado otros efectos secundarios relevantes como parálisis del rostro o daños en el nervio facial y la parótida. De ahí la importancia de recurrir exclusivamente a profesionales cualificados y con experiencia; para ellos se trata de una intervención rutinaria que no conlleva ninguna complicación. 

Dejando a un lado estos empeoramientos puntuales, el mayor riesgo que tiene la bichectomía es que no se lleguen a obtener los resultados esperados. Aunque el cirujano siempre esboza cuál será el aspecto final del paciente, es este quien finalmente decide si someterse o no a la intervención.

Ante expectativas irreales, es posible que no consiga la imagen que tiene en mente. Además, en los casos en los que se desoye el consejo profesional, puede que el resultado acabe dando una apariencia de envejecimiento facial prematuro.

¿Qué pacientes no deberían realizarse una bichectomía?

Esta cirugía es válida para un amplio abanico de público, aunque también hay personas a las que no se les recomienda. Por ejemplo, pacientes de una edad avanzada que ya presentan cierta flacidez en la zona de las mejillas, o cuyos pómulos no tienen un excesivo volumen. Asimismo, por una mera cuestión de estética, puede que los resultados no sean del todo satisfactorios para aquellos con unos rasgos faciales ya de por sí muy alargados o delgados. 

Personas con problemas de coagulación de la sangre o embarazadas tampoco se consideran unos buenos candidatos para el tratamiento por las complicaciones posteriores que pueden surgir. Asimismo, en el caso concreto de los fumadores, deberán prescindir de este hábito por lo menos tres semanas antes de la intervención. De igual forma, se les aconsejará que no fumen en una o dos semanas tras la cirugía. 

¿Cuándo se aprecian los resultados de quitar las bolas de Bichat?

El resultado puede apreciarse de forma notoria tan solo un mes después de la intervención, aunque irá evolucionando hasta los seis meses posteriores. Es entonces cuando se produce la retracción cutánea y la adherencia final de la musculatura.

Es normal que durante los primeros días haya inflamación postquirúrgica, pero con la medicación y el asentamiento de la intervención irá disminuyendo. Asimismo, cada paciente reacciona de una manera concreta; los tiempos pueden verse ampliados o reducidos dependiendo del caso.

Además, la bichectomía ofrece unos resultados 100 % definitivos puesto que la grasa extraída no se regenera en la zona con el paso del tiempo. De hecho, aunque la persona suba de peso y pueda ver algo más redondeadas sus facciones, nunca volverá a acumular volumen en el lugar de los mofletes.

En muchas ocasiones, es su carácter permanente lo que hace que muchos pacientes se decanten por ella; no tendrán que volver a preocuparse de repasar los resultados cada cierto tiempo como sí ocurre con otras cirugías.

La bichectomía, como cualquier otra intervención quirúrgica, es una idea que debe madurarse una vez planteada. Sus efectos definitivos y el gran cambio que produce en una zona tan identificativa como es el rostro, merece cierta reflexión por parte del paciente, que deberá estar absolutamente convencido antes de someterse a ella.

Para ganar confianza es clave la implicación del doctor, quien resolverá todas sus dudas y le aconsejará acerca de si es el medio correcto para conseguir los resultados estéticos que desea.

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